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El secreto de sus premios reside en la exclusiva atención al cliente y en la cuidadosa selección de los ingredientes que conforman un plato para que sea sabroso y perfecto.
Attaullah Cheema no es cocinero de profesión, pero sabe exactamente qué ingredientes deben ir en cada uno de los platos que sirve. Él instruye a sus chefs para que sigan sus instrucciones y consigan los sabores y las texturas de su Pakistán natal. “Los verdaderos jueces de los premios son los comensales” asegura “ellos acaban el plato porque les gusta mi comida, y vuelven siempre a probar cosas nuevas”. El arroz con limón, el de azafrán o su premiado Narali, a base de crema suave de anacardos y hierbas son algunas de sus especialidades.
“Los verdaderos jueces de los premios son los comensales, que siempre regresan para probar otras cosas”
